En vísperas de Navidad, por décadas ha persistido la costumbre de reflexionar viendo un buen film en familia, especialmente, ver aquellos films relacionados con ésta festividad. La Navidad es una época para meditar sobre nuestras bendiciones, y esta, es una tarea muy fácil cuando la paz, la familia y la pila de regalos bajo el árbol nos acompaña, pero ¿qué pasa cuando se vive una Navidad en tiempos de guerra, cuando algún familiar no nos acompaña, o cuando decidir quien coloca la estrella en la cima del árbol no es el conflicto principal en nuestros hogares?, ¿se puede reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad?, o ¿se puede, bajo éstas circunstancias, ver una película que nos ayude a reflexionar?
Resulta, que Qué bello es vivir (1946), película de Frank Capra protagonizada por James Stewart nos da una gran lección sobre el tema, y nos enseña a razonar que, independientemente de las circunstancias, el sentido de la vida y la finalidad de cada ser humano sí tiene razón de ser.
La película comienza en Nochebuena, cuando George Bailey (James Stewart) se da cuenta que se encuentra en un gran problema sin solución aparente . Después de toda una vida de trabajo y sacrificios por sus familiares y amigos, ésa noche, se ve recompensado con la mayor desgracia que él considera le pudo haber pasado. George, en ese momento, solo expresa su frustración y desea nunca haber existido; al decir esto, un ángel llamado Clarence es enviado desde el cielo para ayudarlo, y le concede el deseo de nunca haber nacido. A partir de ése momento, Clarence le advierte lo negativo que sería para el mundo su no-existencia; aunque George desde un principio reniega la idea, ambos empiezan un recorrido por lo que sería el tiempo y el espacio que habitó George pero sin su «triste» presencia.
Ustedes se preguntarán, ¿qué clase de ángel baja del cielo y en vez de solucionar el problema de George, simplemente lo desaparece de la faz de la tierra? Resulta que éste era un ángel bastante especial, ciertamente, Clarence no resolvió el problema de George, el ángel lo ayudó a entender lo importante de su participación en el mundo sin importar el tamaño de sus problemas. Las personas no vienen al mundo a «solucionar problemas», las personas vienen al mundo a crear un impacto en este, y aunque lo veamos o no, cada una de nuestras acciones tiene un impacto positivo o negativo en el mundo.
Esta película muestra como el aleteo de una mariposa en África, puede causar un tornado en El Caribe. Es un deber valorar cada una de nuestras acciones, independientemente de lo pequeñas que sean; y sin importar lo negativo del evento por el cual estés pasando, no cometas el mismo error que George, porque aunque no creas en la existencia de los ángeles, las circunstancias de la vida te pueden dar la misma lección que Clarence le dio a este hombre, y muchas veces la vida, al igual que éste ángel, no puede resarcir los deseos que ya una vez pediste.
Así que recuerda, ten cuidado con lo que deseas y... ¡Feliz Navidad!
Si deseas ver el film aquí facilito el link del mismo doblado al español.
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